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miércoles, 25 de noviembre de 2009

Karina

Hola, soy Karina, la chica danesa recién llegada al grupo The Last Pint, con el que estoy disfrutando muchísimo. Ahora estoy intentando ponerme las pilas para poder contribuir con algo de guitarra y danza al grupo. ¡Nos estamos divirtiendo mucho y compartimos nuestra pasión por la música irlandesa!
Mi historia de cómo llegar a bailar el estilo irlandés, empieza como la de muchas otras chicas. Siempre me ha gustado el baile en general pero sin embargo tardé mucho en empezar a bailar algo específico. Dicen que hoy en día vemos demasiado la tele y que eso nos impide movernos lo suficiente... Pues en mi caso fue casi al revés ya que un programa de la tele fue lo que me sacó del sofá y desde entonces ya no he podido dejar de bailar. Lo que vi en la tele fue, por supuesto, el espectáculo de baile irlandés “Riverdance”, que me cautivó enseguida. Sentí que de alguna forma tenia que aprender a bailar así y como “Riverdance” fue muy popular en todos lados (también en Dinamarca, mi país), tuve la suerte de encontrar un clase de baile irlandés. Como luego me fui a vivir al extranjero no pude seguir con mis clases y así dejé de bailar hasta que tuve la suerte increíble de escuchar de un taller de baile que iban a hacer The Last Pint aquí en Valencia. ¡Y vamos, que no me he arrepentido de haber llegado a conoceros para nada!
Y lo de la guitarra... Bueno, llevo bastantes años tocando (aunque sé que no suena así je jeje) y he llevado mi guitarra conmigo siempre viviendo en varias países, como un buen compañero de viaje, sin embargo este es la primera oportunidad que he tenido de tocar junto a un grupo fijo. Tengo que reconocer que aunque tengo mucho por aprender esta genial poder ver como crece el repertorio, mientras compartimos esta pasión por la música celta que para mí es muy especial y de lo cual también he tenido el placer de disfrutar junto al baile en varios viajes a Irlanda y Escocia.
Mil abrazos
Karina

miércoles, 28 de enero de 2009

Cynthia Couriel Lami


C’est moi… Cynthia (o Cyn para los amigos).
¿Cómo definirme? Pues sencillamente complicada o complicadamente sencilla. Pero comencemos por el principio.
Me tocó nacer en Buenos Aires en plena guerra de las Malvinas, allá por el ’82 del siglo pasado. Cuatro años después mi familia se trasladó a Valencia y desde entonces aquí vivo, aunque suelo pasarme un cuarto de año dando vueltas por el mundo. Mis orígenes son una mezcla de todo un poco: turcos, franceses, suecos, cubanos… así he salido yo. Y como lo que me faltaba era el irlandés… pues lo adopté por folclore y tradición a través del baile.

Mis primeros contactos con la danza.
Mi contacto con la danza es tardío debido a una frustración hereditaria por rama materna. Me explico: mi abuela adoraba la danza y como no pudo dedicarse a ella pues proyectó su deseo frustrado sobre mi madre, la cual odiaba lo de ponerse el tutú y por mucho que se lo pedí de niña quiso evitarme el sufrimiento. Pero mira, debo de ser masoquista porque por mucho dolor de piernas y pies… ¡me encanta bailar!
Hasta que no llegué a la universidad no empecé con clases de danza. Hice clásico y neoclásico, jazz y contemporáneo y algo de danza del vientre y africano. Pero desde siempre mi pasión ha sido el irlandés.
Durante un par de años estuve buscando algún grupo o escuela que se dedicara a este tipo de bailes, pero infructuosamente. Adquirí algunas nociones de reels y jigs por mi cuenta, en Irlanda y en Inglaterra durante mis estancias allí. Cual fue mi sorpresa al descubrir Amics de la Gaita en mi mismo barrio donde conocí a parte de los componentes de The Last Pint y con los que empecé a bailar.
Ya con ellos, asistimos al taller organizado por Maria Singal, quien sin duda nos aportó muchísimo sobretodo a nivel de técnica y de entusiasmo por seguir bailando (¡y de descubrir que aguantamos más de lo que jamás creímos!)

En el taller de Maria Singal.
El baile irlandés demanda mucha exigencia física y resistencia. Tiene mucho de técnica y lo complicado es lograr expresividad dentro de la rigidez. Una vez se logra, el cuerpo y la música se funden en una misma armonía. El resultado es increíble.

Ensayando los "jump over".
La gente me suele mirar raro cuando comento el tipo de baile que hago, porque aquí no se conoce y cuando uno dice bailar, piensa en otro tipo de danza. Pero después cuando lo ven no pueden evitar sentir curiosidad y probar. Los ritmos celtas tienen algo de mágico y envolvente que invita a bailar. Me encanta cuando la gente se anima y sale a dar unos pasos ¡Lo recomiendo a todo el mundo!
Aparte del baile, que es mi pasión, intento cuidar un poco mi espalda y entrenar resistencia con la natación. Y bueno… los deportes que me toca practicar por mi trabajo estival, muchas veces en contra de mi voluntad, pero que después siempre me acaban gustando (equitación, windsurf, barranquismo, rafting, escalada…)
Por lo demás soy licenciada en Psicología y profesora de inglés, a lo que me dedico desde hace varios años. Mi otra pasión (a veces creo que masoquista también) son los idiomas. De momento voy luchando con el alemán.
Cuando no estoy dando saltos, vueltas por el mundo, entre libros o con mis niños y mis niños grandes, me gusta salir a pasear tranquilamente, ir a la playa, tomar un café con tostadas o estar con los míos. Nunca encuentro tiempo para aburrirme. Me encanta la creatividad en todos sus sentidos y siempre quiero aprender cosas nuevas.

Danzando por el mundo.